En Occidente se empezó a tener conocimiento de la Medicina Tradicional China sobre los años treinta, pero este tipo de medicina tiene más de 4.000 años de antigüedad. Los documentos históricos y reliquias de acupuntura ascienden al neolítico, y el escrito más antiguo de MTC apunta al siglo XI a.C.
La observación constante de la naturaleza, el universo, los climas o el ser humano es la base que hay detrás de la MTC. Tanto los médicos, filósofos, antiguos sabios, astrólogos observaron que todo el universo se comportaba de manera similar, y es ahí donde llegaron a la conclusión de que toda existencia les afectaba las mismas leyes de la naturaleza, por ser también parte de ella, esas leyes se resumen en cuatro principios: fuerzas opuestas, complementarias, que se transforman, que crecen y decrecen. Estos son los principios del Yin Yang, la doctrina principal en la que se basa y desarrolla la MTC, junto con la teoría de los 5 elementos: Agua, Fuego, Madera, Tierra y Metal.
La idea que alberga la MTC es que toda forma de vida del universo es animada gracias a una energía vital denominada «Qi», vulgarmente llamado energía. Para esta medicina el Qi es la sustancia fundamental tanto del organismo como del Universo, que impregna y penetra la totalidad del cosmos. Siendo así, a través de la digestión obtenemos el «Qi» de la comida y la bebida y se transporta por todo el organismo; a través de la respiración se extrae «Qi» del aire en los pulmones. Cuando estas dos formas de «Qi» se reúnen en la sangre, el «Qi» circula como energía vital por los meridianos o canales energéticos.
Los pilares que componen a la MTC son cuatro: la acupuntura, moxibustión, fitoterapia y el Qigong. Siendo la auriculoterapia, el cupping o ventosas, guasha, otras técnicas complementarias.
es la principal técnica del MTC. Su función es estimular los llamados puntos de acupuntura, zonas que abarcan un área de pocos milímetros de la piel y que en su conjunto forman una compleja red que comunica todas las partes del cuerpo humano. El objetivo es regular el flujo energético del cuerpo consiguiendo un estado de equilibrio. Para la MTC cuando algo no va bien en el organismo se debe a la pérdida de equilibrio energético de los canales o meridianos, que puede presentarse en cuadros de plenitud, deficiencia o bloqueos.
Esta red de puntos se denominan meridianos, y cada uno de ellos se encarga de nutrir energéticamente a un órgano en concreto de nuestro organismo, que, a su vez, se encarga del funcionamiento de los sentidos, emociones, funciones vitales o partes del cuerpo concretas. Cuando hablamos de energía no solamente nos estamos refiriendo a la energía del Cosmos que nos influye y realiza cambios en toda la naturaleza, también en la propia energía que habita en nosotros en forma de electricidad, electrones, protones, impulsos, magnetismo: física. El cuerpo humano funciona bajo impulsos eléctricos: desde la comunicación neuronal a la propia fisiología celular.
Nuestro objetivo es, entonces, hacer circular libremente esos impulsos por los diversos meridianos reestableciendo las funciones de todo el sistema orgánico del individuo. La MTC entiende que esta energía que circula no es simplemente eléctrica, sino que abarca también una sustancia aún más sutil. El Qi, o la energía vital, es cambio, movimiento. Es el soplo de vida que nos mantiene.
es otra de las técnicas en la Medicina tradicional China. Su uso consiste en la aplicación de calor para estimular los puntos de acupuntura seleccionados con el objetivo de corregir desequilibrios energéticos del organismo gracias a la estimulación del flujo sanguíneo.
Esta técnica se realiza con moxas, presentadas en diferentes formas y tamaño, aunque lo habitual son una especie de conos con forma de cigarro que contienen en su interior hojas de plantas chinas combinadas con la planta Artemisa.
La Fitoterapia China, el otro pilar de esta medicina, se basa en el uso de determinadas plantas para lograr que el “Qi” fluya de manera adecuada y libremente por el entramado energético del cuerpo, actuando en los diferentes cuadros de desequilibrios que el individuo presente.
Por último, el masaje chino Tuina, que literalmente significa “presionar y agarrar”, consiste en un masaje vigoroso en seco, combinando diferentes movimientos y fricciones por el recorrido de los meridianos de acupuntura para influir en el flujo del “Qi” y la sangre.